El éxito del trigo está en sus genes
Según los científicos Jorge Dubcovsky y Jan Dvorak, de la Universidad de California en Davis, el éxito del trigo como cultivo comestible puede rastrearse a través de los miles de años de cambios genéticos ocurridos durante su domesticación.
Según los científicos Jorge Dubcovsky y Jan Dvorak, de la Universidad de California en Davis, el éxito del trigo como cultivo comestible puede rastrearse a través de los miles de años de cambios genéticos ocurridos durante su domesticación. Así lo señalan en el último número de la revista Science, donde hacen una revisión sobre la genética molecular y la genómica del trigo, y muestran cómo las mutaciones (cambios) en los genes y la presencia de múltiples cromosomas (una característica conocida como poliploidía) le permitió al trigo moderno superar ciertos 'cuellos de botella' genéticos que ocurrieron durante su domesticación y consiguiente evolución. Los autores concluyen que "la poliploidía del trigo le permitió compensar y superar los escollos debidos a la pérdida de diversidad capturando una gran parte de la variabilidad presente en el trigo silvestre. Además se generaron rápidamente nuevas variaciones en los genomas dinámicos del trigo a través de deleciones (eliminación de fragmentos de ADN) e inserciones de elementos repetitivos en las zonas codificantes y regulatorias de los genes'. Se cree que la domesticación del trigo se inició hace unos 10.000 años, cuando las comunidades de Asia Occidental dejaron sus costumbres cazadoras y recolectoras para vivir de la agricultura y la cría de animales. Algunas de las características más importantes que se seleccionaron durante la domesticación del trigo incluyen el tamaño mayor del grano, cambios en la resistencia y rigidez de la espiga para permitir su cosecha, y una mejor retención del grano en la planta para evitar su dispersión por el viento o durante la cosecha. Unas 620 millones de toneladas de trigo se producen en el mundo cada año, brindando la quinta parte de las calorías que consume la población. El 95% del trigo se destina a productos de panadería y confitería, mientras que el 5% restante es trigo duro, para la fabricación de pastas y otros productos relacionados.