Microorganismos útiles en la restauración de obras de arte
Existen productos de biotecnología que permiten la recuperación del patrimonio cultural que ha sido afectado por la acción de hongos, líquenes o bacterias.
Existen productos de biotecnología que permiten la recuperación del patrimonio cultural que ha sido afectado por la acción de hongos, líquenes o bacterias.
“No solo hay tratamientos físicos y químicos. Los hay también biotecnológicos, que son menos fuertes e invasivos”, asegura Dolly Montoya, profesora y fundadora del Instituto de Biotecnología (IBUN) de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá.
La “biorrestauración”, como se conoce a esta técnica, consiste en el desarrollo de productos biológicos que son útiles en la restauración de obras de arte. Por lo general, explica la profesora Montoya, estos productos son bacterias seleccionadas genéticamente. “De las sustancias que estos microorganismos producen, las enzimas son las más empleadas en restauración”, detalla.
Estas tienen la capacidad de degradar las sustancias o los residuos orgánicos producidos por los hongos, líquenes o bacterias que contaminan y deterioran desde dibujos, hasta pinturas y esculturas.
El proceso comienza determinando, en el laboratorio, cuál es la especie contaminante. “Hay muchos métodos para identificar los microorganismos. Los más precisos son los de biología molecular”, dice la fundadora del IBUN.
Dependiendo del resultado, se puede aplicar una solución de bacterias y enzimas que controla a dicho microorganismo y le devuelve a la pieza su apariencia original.
Por todo ello, la profesora Montoya explica que microbiólogos y biotecnólogos deben incorporarse a equipos interdisciplinarios que, en todo caso, tienen que ser coordinados por un restaurador.
“Los microorganismos tienen impacto en el deterioro de obras de arte. Es indudable que se deben hacer estudios interdisciplinarios para abordar estos problemas”, concluye.
“No solo hay tratamientos físicos y químicos. Los hay también biotecnológicos, que son menos fuertes e invasivos”, asegura Dolly Montoya, profesora y fundadora del Instituto de Biotecnología (IBUN) de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá.
La “biorrestauración”, como se conoce a esta técnica, consiste en el desarrollo de productos biológicos que son útiles en la restauración de obras de arte. Por lo general, explica la profesora Montoya, estos productos son bacterias seleccionadas genéticamente. “De las sustancias que estos microorganismos producen, las enzimas son las más empleadas en restauración”, detalla.
Estas tienen la capacidad de degradar las sustancias o los residuos orgánicos producidos por los hongos, líquenes o bacterias que contaminan y deterioran desde dibujos, hasta pinturas y esculturas.
El proceso comienza determinando, en el laboratorio, cuál es la especie contaminante. “Hay muchos métodos para identificar los microorganismos. Los más precisos son los de biología molecular”, dice la fundadora del IBUN.
Dependiendo del resultado, se puede aplicar una solución de bacterias y enzimas que controla a dicho microorganismo y le devuelve a la pieza su apariencia original.
Por todo ello, la profesora Montoya explica que microbiólogos y biotecnólogos deben incorporarse a equipos interdisciplinarios que, en todo caso, tienen que ser coordinados por un restaurador.
“Los microorganismos tienen impacto en el deterioro de obras de arte. Es indudable que se deben hacer estudios interdisciplinarios para abordar estos problemas”, concluye.