Avances para el sector bananero. Se trabajará para ampliar el área cultivada y mejorar los rendimientos

Con la intervención de un experto del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (Catie) de Costa Rica, se completó el ajuste de la biofábrica de vegetales: un laboratorio cuya misión principal es multiplicar plantas libres de enfermedades y genéticamente adaptadas a la realidad del lugar.

Con la intervención de un experto del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (Catie) de Costa Rica, se completó el ajuste de la biofábrica de vegetales: un laboratorio cuya misión principal es multiplicar plantas libres de enfermedades y genéticamente adaptadas a la realidad del lugar.

El coordinador ejecutivo de dichos centros, el ingeniero Jorge Balonga, reveló que allí se trabajará en la diversificación frutícola y que aunque el principal cultivo será el bananero se dispone de un jardín de introducción con 35 variedades entre las cuales figuran variedades tropicales y exóticas como granadilla, litchie, mamón, uva, palta, maracuyá y pitaya, esta última un cactus que produce una fruta parecida al kiwi aunque de color similar a la remolacha.

Esta biofábrica es un laboratorio que tiene como misión principal multiplicar plantas libres de enfermedades y genéticamente adaptadas a la realidad lugareña. Está instalada en el Centro de Validación de Tecnologías Agropecuarias (Cedeva), de Misión Tacaaglé, 220 kilómetros al noroeste de la ciudad de Formosa. Los destinatarios centrales de esta apuesta son los 800 productores bananeros, el 60% de los cuales integran el estrato de pequeños, que pretenden llevar las 4500 hectáreas actuales a 15.000 e incrementar de 20 a 40 toneladas los rendimientos por hectárea.

El ingeniero agrónomo Juan Luis Ortiz Vargas es el investigador en laboratorios de biotecnología que envió el Catie para completar el ajuste de la biofábrica formoseña. "Con la implementación de esta biofábrica, el futuro de la producción frutícola se ve ampliamente favorecido, ya que van a disponer de vitroplantas o semilla sana que ayudarán a incrementar la producción", relató a La Nación.

Admitió Ortiz Vargas que la metodología de la micropropagación que se utilizará para el banano es una herramienta disponible, considerada indispensable dentro de un paquete integral para la obtención de mejores cosechas. "Es que se van a conseguir plantas de mejor calidad morfológica y fitosanitaria, semilla sana libre de nematodos, hongos y bacterias en comparación con aquella lograda por medio de la propagación convencional", explicó.

Cuenta Ortiz Vargas que Costa Rica -que produce la mayor cantidad de banano por área cultivada en el nivel mundial- utiliza para la siembra vitroplantas obtenidas en laboratorios instalados en ese país. "Actualmente, es una práctica rutinaria en el mundo y, aunque no disponemos de cifras exactas, se calcula que anualmente se producen más de 50 millones de vitroplantas en el mundo", destacó. Agregó que "esta biofábrica puede convertirse en proveedora de semilla sana a partir de cormos obtenidos de las plantaciones ya establecidas en la zona y que están adaptadas a las condiciones del subtrópico".

El experto del Catie reconoció que la biofábrica de Misión Tacaaglé estará en condiciones, a partir de 2010, de trabajar no sólo en la micropropagación de banano, sino también de otras especies frutales para la región. Por su parte, el ingeniero Balonga reveló que en el predio del Cedeva de 80 hectáreas se cuenta con un invernadero automático de origen francés para la recría de plantas, un cable vía colombiano, un campo de traspaso antes de devolver las plantas a los agricultores tras la "limpieza" de los "hijuelos" -el banano no tiene semilla- y otro espacio dedicado a la experimentación con nuevos cultivos, a lo que se le sumará el galpón de empaque, incorporado como parte de un proceso de cualificación de la fruta a los efectos de su mejor cotización en el mercado.

Sobre los trabajos realizados en el Cedeva de Tacaaglé, Ortiz Vargas dijo que se dedicó a poner en marcha la biofábrica, para lo cual fue necesario evaluar e instalar el equipo existente y, a la vez, preparar al personal del laboratorio en el manejo adecuado del equipo. La biotecnóloga Florencia Moskatelo será la encargada de dirigir las actividades a partir de ahora.
Además, Ortiz Vargas se abocó al establecimiento del protocolo completo de micropropagación de banano, que consistió en preparar soluciones madre para los medios de cultivos con los reactivos específicos, la preparación y adecuación de los medios de cultivo necesarios para desarrollar la actividad. Asimismo, trabajó en la selección del material vegetal en el campo, ápices vegetativos a partir de los cuales se va a llevar a cabo la micropropagación de banano.