La era de las proteínas: Un argentino al frente de un capítulo clave del Proteoma Humano
Pese a que el anuncio de la secuenciación del genoma humano ganó las tapas de todos los diarios del mundo hace ya media década, la cuestión de genes, genomas, ADN y otras siglas extrañas parece aún muy alejada de los no especialistas.
Pese a que el anuncio de la secuenciación del genoma humano ganó las tapas de todos los diarios del mundo hace ya media década, la cuestión de genes, genomas, ADN y otras siglas extrañas parece aún muy alejada de los no especialistas. El camino desde esa abstracción hasta la aparición de consecuencias prácticas en la medicina de todos los días recién empieza a desandarse, con el esfuerzo de científicos de todo el mundo y costosas y complejas máquinas. El modo de saltar esa valla es a través del estudio minucioso de las proteínas, sustancias que se encargan de llevar a buen puerto las órdenes que dan los genes y que llegan a todo el organismo con la sangre. Dicho de otro modo: sin proteínas, los genes, solos, no sirven de nada. Como se trata de una tarea muy compleja -el cuerpo humano tiene entre 1 y 7 millones de proteínas deambulando y uniéndose con otros compuestos-, científicos de todo el mundo vuelven a reunirse virtualmente para que la Organización del Proteoma Humano (HUPO, por sus siglas en inglés) consiga su éxito en los próximos años. No será antes de 2009, y a más tardar en 2015, cuando se podrá obtener un primer mapa del funcionamiento normal del cuerpo humano, preven los expertos. Las consecuencias de esto que no en vano es llamado 'revolución' amenazan, por fin, con impactar en la salud de todos. A diferencia del modo en que se encaró el trabajo del Genoma, el Proteoma se descifrará órgano por órgano. Ya están encaminados los estudios para establecer las proteínas relacionadas con el cerebro, el hígado, las células madre y el plasma (componente de la sangre). Y el mes pasado, durante el 1° Congreso Iberoamericano de Proteómica, realizado en Pilar, se lanzó el último capítulo, dedicado al corazón. La red mundial de laboratorios abocados a esto será coordinada por Mario Genero, del Hospital Universitario Austral (HUA). Las investigaciones que se realizarán en la Argentina se sumarán a las de Australia, Irlanda, España, EE.UU. y Canadá. Cada laboratorio aportará lo suyo: el del HUA identificará proteínas anormales en personas con distinto grado de ateroesclerosis, con pacientes y donantes cadavéricos. Los otros laboratorios completarán el espectro de enfermedades que puede tener el corazón, como hipertensión, malformaciones cardiovasculares y otras menos frecuentes. 'Tres son los objetivos del Proyecto Proteoma. Saber cuántas proteínas hay, cuántas modificaciones sufren a lo largo de su vida útil y cómo se relacionan entre ellas', explicó Genero