Buscan suplementar alimentos con vitamina B

Investigadores del CONICET realizan estudios para incorporar en alimentos bacterias lácticas que sintetizan vitaminas del grupo B. Este tipo de vitaminas favorecen el crecimiento corporal, la producción de glóbulos rojos y el metabolismo energético, entre otras funciones.

Las vitaminas son sustancias orgánicas imprescindibles en los procesos metabólicos que tienen lugar en los seres vivos dado que regulan reacciones químicas vitales para las células.

“La ausencia de vitaminas (avitaminosis) o exceso (hipervitaminosis) puede provocar enfermedades. Las vitaminas deben ser aportadas a través de la alimentación ya que el cuerpo humano no puede sintetizarlas. Una excepción es la vitamina D que se transforma en activa exponiendo la piel a los rayos solares”, explicó a la Agencia CyTA el doctor Jean Guy LeBlanc, canadiense radicado en Tucumán desde 2000, investigador del CONICET en el laboratorio de Tecnología y Desarrollo del Centro de Referencia para Lactobacilos (CERELA). Y agregó: “Debido a la malnutrición, por desnutrición o por adoptar dietas no equilibradas, se puede llegar a deficiencias clínicas (donde se pueden observar sintomatologías) o subclínicas que son más comunes porque se las puede detectar solamente a través de análisis clínicos.”

En un artículo publicado en la revista científica The Journal of Applied Microbiology, el doctor LeBlanc y un equipo de colegas de su laboratorio, de la Universidad Nacional de Tucumán y de la University College Cork, en Irlanda, describieron el modo en que las bacterias lácticas pueden fortificar a diferentes alimentos con vitaminas del grupo B.

A pesar de que las vitaminas del grupo B se encuentran en diversos alimentos su consumo suele resultar insuficiente, en gran parte de la población, para satisfacer las necesidades diarias recomendadas. “Ciertas bacterias lácticas tienen la capacidad de sintetizar vitaminas del grupo B como folatos, riboflavina y vitamina B12. Diversos estudios científicos han identificado los genes necesarios para la biosíntesis de vitaminas en algunas cepas de bacterias lácticas. Con dicha información y la disponibilidad de nuevas herramientas genéticas fue posible crear cepas modificadas genéticamente para producir vitaminas de forma eficaz”, destacó el doctor LeBlanc.

Asimismo en colaboración con grupos de Holanda e Irlanda, en CERELA se demostró que esas bacterias fueron capaces de prevenir manifestaciones fisiológicas asociadas a la deficiencia de dichas vitaminas en modelos animales. Participaron en esa tarea el doctor LeBlanc y otros investigadores del CONICET como los doctores Fernando Sesma y Graciela Savoy de Giori, junto a becarios del Laboratorio de Tecnología de CERELA, los bioquímicos Jonathan Laiño y Marianela Juarez del Valle.

“Todos los alimentos que contienen microorganismos probióticos novedosos deben ser estudiados en modelos animales y, antes de ser comercializados, evaluados en estudios clínicos (humanos) controlados para asegurar que sean seguros para toda la población. Nuestra intención es encontrar bacterias lácticas productoras de vitaminas en alimentos con un largo historial de consumo (como, por ejemplo, alimentos fermentados tradicionales) para disminuir los riesgos de introducir microorganismos desconocidos en la cadena alimentaria”, aseguró LeBlanc.
 


Vitaminas del grupo B
A este grupo de vitaminas pertenece la riboflavina o vitamina B2, que desempeña, conjuntamente con otras vitaminas del complejo B, una función importante en el crecimiento corporal y la producción de glóbulos rojos. “El folato, también llamado ácido fólico o vitamina B9, es crítico para muchos procesos del cuerpo, incluyendo la integridad del sistema nervioso, de ciclos celulares y es un cofactor esencial durante la producción de glóbulos rojos (eritropoyesis humana). Actualmente, muchos alimentos son enriquecidos con ácido fólico, una forma sintética de folato que no existe en la naturaleza”, puntualizó el investigador.

Ya que las bacterias lácticas están asociadas con la preparación de alimentos fermentados -como leches fermentadas, quesos, yogur y embutidos, entre otros- los investigadores del CERELA proponen a través de una adecuada selección de microorganismos incrementar la concentración de vitaminas “naturales” en dichos alimentos. “Actualmente no existen en el mercado productos cuyas vitaminas provengan de la biosíntesis microbiana”, aclaró el investigador.

La selección de bacterias lácticas aisladas de productos fermentados artesanales argentinos capaces de producir vitaminas del grupo B, constituye una propuesta interesante para el diseño y formulación de alimentos funcionales novedosos con elevados niveles de folatos, riboflavina y/o vitamina B12, afirma el doctor Leblanc. Y concluye: “Los problemas de deficiencia de vitaminas son muy comunes en todo el mundo, no solamente en los países denominados ‘en desarrollo’ sino también en los países ‘industrializados’ debido a los malos hábitos alimentarios. Los resultados de nuestros proyectos tienen un potencial de uso directo para el desarrollo de alimentos alternativos que podrían servir para complementar o suplementar algunos programas de fortificación de alimentos.”