España: modifican a las plantas de ricino para producir bio-lubricantes

El estudio se encuadra dentro de un macroproyecto nacional en el que participan 5 universidades y 7 empresas.

El estudio se encuadra dentro de un macroproyecto nacional en el que participan 5 universidades y 7 empresas.

Un grupo de investigadores almerienses, liderado por Federico García Maroto, ha conseguido mejorar genéticamente la planta de ricino con el objetivo de utilizarla como factoría para la producción de biolubricantes. El estudio, denominado 'Biovesin', está encuadrado en un macroproyecto nacional y se desarrolla a través del subproyecto 'Desarrollo de nuevas variedades de ricino y sus aceites', financiado con 157.139 euros por parte del antiguo Ministerio de Educación y Ciencia y desarrollado en colaboración con las universidades de Málaga y Sevilla, el Instituto de la Grasa, y el Instituto de Agricultura Sostenible de Córdoba.

Hasta la fecha, los científicos han identificado y clonado una serie de genes responsables de la biosíntesis de lípidos que pueden ser utilizados en la obtención de plantas transgénicas de ricino con perfiles de ácidos grasos adecuados a los diversos requerimientos de los biolubricantes. Concretamente, se persigue obtener un aceite con mayor concentración en ácidos grasos moninsaturados (oleico y palmitoleico), que son los compuestos requeridos para catalogar un aceite como biolubricante.

Además, el equipo de García Maroto ha logrado identificar y caracterizar las secuencias génicas reguladoras específicas, denominadas promotores, que dirigen la expresión de dichos genes a las semillas de las plantas transgénicas de ricino. Un promotor es una porción concreta del gen responsable de que el producto deseado se produzca o acumule en un determinado tejido u órgano. Con esta modificación, en el caso del ricino, se persigue que los ácidos grasos se acumulen en la semilla sin afectar a otras partes de la planta, evitando de esta forma efectos agronómicos negativos. Los expertos almerienses ya han conseguido aislar y clonar los promotores deseados por lo que actualmente están comprobando su comportamiento en plantas de tabaco.

Los investigadores trabajan también en la puesta a punto de una técnica de introducción de genes en ricino que resulte eficiente y reproducible para la producción de biolubricantes de aplicabilidad general. Se pretende elaborar una gran batería de biolubricantes con diferentes aplicaciones dentro de la industria automovilística, aerogeneradores, o motores industriales.

El objetivo general del proyecto realizado a nivel nacional, reside en generar lubricantes amigables con el medio ambiente a partir de aceites vegetales de última generación y de aditivos biodegradables seleccionados por sus óptimas prestaciones para cada uso y que presenten una buena relación entre rendimiento y costo. Dicho estudio está coordinado por el doctor Rafael Garcés del Instituto de la Grasa de Sevilla, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

En este macroproyecto nacional participan cinco universidades (Almería, Santiago, Málaga, Sevilla y Huelva); y siete empresas de capital privado, relacionadas con la industria del motor.