Investigación científica al servicio del desarrollo de la actividad económica

La estrategia del Conicet implica no quedarse en el laboratorio para salir a trabajar en conjunto con empresas, universidades y otros actores sociales; la visión de su presidente, Roberto Carlos Salvarezza. La estrategia del Conicet implica no quedarse en el laboratorio para salir a trabajar en conjunto con empresas, universidades y otros actores sociales; la visión de su presidente, Roberto Carlos Salvarezza.

 El Gobierno ha definido la necesidad de que el conocimiento generado por la comunidad científica sea un insumo para el desarrollo y la calidad de vida de los ciudadanos. Y en el marco de la profundización de un modelo de crecimiento con inclusión, se ha planteado el objetivo estratégico de aplicar tecnología nacional al desarrollo de productos diferenciados de alto valor agregado, para contribuir a potenciar el perfil industrial del país.
El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) participa intensamente de esta tarea y el sector productivo utiliza cada vez más las capacidades de I+D que ha instalado el Estado nacional.

La red de centros e institutos distribuidos en todo el país ofrece hoy más de 2000 servicios tecnológicos de alto nivel. En 2014, 1150 contratantes recibieron actividades de transferencia de esta red. Del total, 66% fueron pymes; 15%, entidades estatales; 11%, organizaciones de la sociedad civil y 8%, grandes empresas.

La tecnología del Conicet está presente en pymes de todo el país. Además de la ciudad de Buenos Aires y el conurbano, están radicadas en provincias como Santa Fe, Córdoba, Tucumán, Salta y Santiago del Estero. El 38,21% es del sector de la industria manufacturera; 32% son pymes con servicios profesionales, científicos y técnicos; 5,64% están dedicadas a la agricultura, ganadería y pesca; 4,94% a la explotación minera; 4,52% al comercio; 3,89% a salud humana y servicios sociales; 3,17% a la construcción; 3,16% al suministro de energía, y 2,31% a información y comunicaciones.

Esta transferencia se intensificó. Las actividades de 2014 fueron un 40% más que las de 2013 y más de 1600 investigadores participaron de ellas. La creación de 16 Oficinas de Vinculación distribuidas en los centros administrativos y el lanzamiento de las Unidades Tecnológicas apuntan a fortalecer este nivel de interacción con el sector de la producción.

El establecimiento de consorcios público-privados para el logro de objetivos específicos de transferencia tecnológica es una de las estrategias en las cuales el Conicet participa activamente. Investigadores del Consejo desarrollan actividades en 34 consorcios que tienen por objetivo constituir empresas de base tecnológica, algunas ya formadas. En este sentido, dentro de 17 de estos Convenios Asociativos Público-Privados, el 40% es del sector de salud humana, 24% está en la industria farmacéutica, otro 24% en biotecnología y un 12%, en la industria manufacturera.

Pero además, el Conicet ha realizado apuestas más importantes: se ha constituido en socio directo de las empresas. No sólo ha creado YTEC, la firma de base tecnológica de Conicet e YPF -que desarrolla tecnologías y servicios en el área de energía-, sino que también se asocia con pequeñas empresas, como el caso de la recientemente creada Lateandes, conformada por el Conicet y Geomap XR, una pyme de Salta que da servicios a empresas de hidrocarburos. Esto permite que sus investigadores y postdocs puedan tener sus lugares de trabajo en empresas públicas y privadas para constituir los núcleos de I+D que facilitan la interacción con el sector científico y la innovación.

El Conicet tiene hoy más de 750 patentes nacionales e internacionales. De las 87 solicitudes presentadas el año pasado, 37% es del área de salud, 33% de la agroindustria, 19% de industria, 6% de energía y 5% del sector de ambiente y desarrollo sustentable. Así, 63 de estas patentes están licenciadas a empresas nacionales e internacionales. Entre las patentes Conicet se destacan las vinculadas a resistencia de distintos tipos de stress biótico y abiótico. Esto permitió ingresar al selecto grupo de países que dominan la biotecnología vegetal.

Evolucionar hacia la producción de bienes de alta complejidad con tecnología nacional implica asumir riesgos y aceptar tiempos largos, algo poco atractivo para el sector privado. El Conicet considera claves las empresas estatales como conductoras de grandes proyectos nacionales, con sus clusters de pymes e instituciones de ciencia y tecnología. Hoy se trabaja para la constitución de tres nuevas empresas estatales en sectores claves como producción de fármacos para salud humana y animal, biotecnología vegetal, y en nano y microelectrónica, en asociación con universidades nacionales y organismos estatales para actuar como canales de desarrollo de productos y su comercialización.

Este esfuerzo de transferencia en los niveles mencionados se hizo desde el área de Vinculación Tecnológica del Conicet, sector que creció en forma continúa en importancia, recursos humanos y experiencia en estos 12 años. La imagen pública de todo este trabajo es la marca Conicet-Tecnología, que ya es usada en productos comerciales en el área de alimentos y cosméticos. Y trabajamos para ampliar su presencia en otras ramas de la actividad.